«El hombre de buena voluntad ya no tiene partido. Me pregunto si mañana tendrá una patria»(George Bernanos)

Envíe este artículo:

Birnbaum, Jean (2024): El coraje del matiz: Cómo negarse a ver el mundo en blanco y negro . Ediciones Encuentro.

El autor del libro, Birnbaum (Suresnes,1974), escribe sobre temas controvertidos, complejos y difíciles. También dirige Le Monde des livres

Jean Birnbaum

Reclama precisamente, en el ensayo que nos ocupa, el absurdo muro que se levanta entre los conceptos de novela y de ensayo al citar como ejemplo la obra cumbre de Marcel Proust En busca del tiempo perdido. Su obra más difundida a gran número de países es la publicada en 2016 -no se ha editado en España- titulada Un silencio religioso. La izquierda frente al yihadismo. En nuestros días este título tiene especial significado o más aún lo tiene este otro ensayo La Religion des faibles. Ce que le djihadisme dit de nous (2018). Su último libro es de 2023, Sólo los niños cambian el mundo, ya que El coraje del matiz no se ha publicado en España hasta este año aunque fue escrito en 2021. No han envejecido ninguno de los planteamientos sobre los que ha escrito el autor en estos diez años, más bien lucen más actuales que nunca. O sea que su tema más recurrente es el punto de inflexión donde se encuentran religión (especialmente islamismo), política e ideologías.

Para el color del pelo el matiz es esencial. Más aún son claves los matices para argumentar o para entender los argumentos

La tesis del libro es el reduccionismo a través del cual se polarizan los debates en nuestra sociedad. O blanco o negro, o bueno o malo, seguir con más dicotomías sería ocioso. La polarización no permite matices ni posibilidad de entenderse: y muchos de nosotros sentimos lo mismo hoy, dado lo irrespirable que se ha vuelto el aire.[…]Así las cosas, las redes sociales se han convertido en una arena donde el debate ha sido reemplazado por el combate: cada uno, temiendo encontrarse con un contradictor, prefiere acosar a cien enemigos.

El autor confiesa que a pesar de lo complicado de los temas y las agresiones que suscitan ha intentando hacer justicia al matiz. Cuenta también que participó en reuniones de todo tipo -especialmente en Europa- sobre estas cuestiones. En los encuentros empezó a notar cierta desconfianza junto a una inquietud detectivesca y apresurada por saber etiquetar a qué bando u orilla pertenecía el que intervenía. El autor no está dispuesto a aceptar la acusación de que diciendo algunas verdades parece que se le está haciendo el juego a un partido político -no hay tonos grises ni quieren oírse ni verse-. No es verdad dice respondiendo a estas preguntas: Escribir un libro sobre el poder de seducción propio del yihadismo, ¿no es «hacerle el juego a» la extrema derecha? Mostrar que el islamismo no tiene «nada que ver» con el Islam, ¿no es allanar el camino a los predicadores del odio?

El comienzo mental del odio.

A partir de estas reflexiones Birnbaum realiza un recorrido por autores que han sembrado en el pasado la necesidad de entender la realidad sin maniqueísmos ni manipulaciones: Camus, Bernanos, Arendt, Orwell, Tillion y Barthes.

El objeto es huir de la polarización, para ser capaz de dudar y aceptar que la realidad es mucho más compleja en sus dimensiones profundas que caer en un reduccionismo sin matices. La democracia necesita debate auténtico no enfrentamiento constante que suele acabar en posturas radicales e irreconciliables. Los argumentos que justifican las propias acciones o que critican las que otros hacen, necesitan reflexión matizada al margen de los simplismos de los titulares. Sin tonos grises, sin el coraje de expresar los matices, es imposible entender y abordar los problemas que esta compleja realidad nos presenta todos los días. Los autores antes reseñados nos enseñaron el camino. Volver a leerlos es fundamental o por lo menos releer sus argumentaciones en el ensayo que nos ocupa. Especialmente apasionante resulta la lectura con la que concluye el libro Solidaridad de los solitarios: Aquí he querido dar voz a esta marginalidad, en un momento en que esta puede sernos de gran ayuda. Se trataba de hacer oír a este pequeño grupo de espíritus audaces, liberados de todo fanatismo, que han aceptado vivir en la contradicción, y han preferido pensar antes que odiar.

¿Cómo medir el odio?: No lo sé es mejor no tenerlo-

.

Envíe este artículo:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *