Ser de izquierdas no es ser woke

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La imagen que precede a este post presenta un conjunto de países donde ha habido o va a haber elecciones a lo largo de presente año. A Neiman, filosofa e identificada con el socialismo, le preocupa que la izquierda despierte cuanto antes para participar en estas elecciones : En este debate de frentes, cuando Mangold dice que lo woke está acabado: no creo que sea así. Creo que los frentes se van a polarizar. Y estoy preocupada porque este año tenemos muchas elecciones. Voy a seguir tratando de explicar estos asuntos para crear un frente formado por la izquierda y los liberales.(LL)

La profesora Susan Neiman (Atlanta,1955) acaba de publicar La izquierda no es woke (Debate,2024) . En una interesante entrevista que le hace Martínez Más en Letras Libres, Neiman manifiesta su preocupación porque muchos pensadores de izquierdas no se atreven a criticar determinadas premisas de lo woke por miedo a ser cancelados y metidos en el mismo saco de la derecha.

Lo woke no es exactamente una ideología, con un pensamiento sistemático y organizado, sino un conjunto de ideologías que se autocalifican como progresistas suplantando a una izquierda acomplejada frente al posicionamiento wokista. Las personas de izquierdas, y también algunas de derechas, se sienten atraídas, como es lógico, por algunos aspectos de la nueva lucha contra el racismo, la opresión, la marginación y otros abusos incuestionables que se encuentran en la mente de todos. Pero como dice Neiman, lo woke se opone al pensamiento universalista de la izquierda -lo que en los noventa se entendía por socialismo real-: No solo en Estados Unidos. Mire usted Alemania.-la entrevista tiene lugar en Alemania– Aquí también, y no solo la gente joven, sino también gente de cincuenta o sesenta años que ahora gestionan el ámbito cultural, han caído en eso. Me refiero a las editoriales, a las direcciones de los museos… esa ideología lo ha atravesado todo

En realidad, lo woke se manifiesta en teorías reaccionarias, tribales, que reducen a un puro sentimiento eruptivo el ser de izquierdas. De tal manera que los pensamientos políticos estructurados parecen que son solo patrimonio de las derechas, como señala la profesora de filosofía Neiman. Los conflictos identitarios sitúan a la victima como incuestionable. Si alguien critica por ejemplo la teoría poscolonial (Foucault), en algún aspecto, es un reaccionario esclavista. Si un político de izquierdas condena algunas de las acciones de Israel en Gaza tiene a su vez que posicionarse necesariamente a favor de Hamas sin incurrir en matizaciones. El izquierdista que no lo haga de forma expresa entrará en el baúl de los reaccionarios neofascistas. La cancelación de la izquierda woke dará la vuelta a la llave y echará el cerrojo.

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