Los últimos post de Kyle Chayka (Portland, 1988) en New Yorker -Infinite Scroll– son reflexiones sobre aquellas plataformas que están cambiando los gustos culturales hacia un proceso de homogeneización cultural donde desaparecen los gustos personales por contenidos genéricos. Google está dejando de ser lo que era por el SEO, Apple nos trae la IA de forma más cercana a nuestras vidas lo queramos o no, o la necesidad de tener curadores, así los llama Chayka, que son guías humanos que nos aconsejen lo que o a qué vale la pena prestar atención en la cultura online. Sobre esta base Chayka ha publicado( 2024) el libro Mundofiltro: cómo los algoritmos han aplanado la cultura (Gatopardo ediciones). La experiencia de cualquier internauta es que los algoritmos predicen nuestros gustos a través de una búsqueda, una compra o una visita continuada en las redes sociales. El círculo vicioso provoca que la música de Spotify acaba en un proceso de sonido homogéneo al tratar los compositores de asemejarse a aquellas canciones que ya se han hecho populares y son un éxito. Al final, según Chayka, termina todo sonando parecido. La presencia digital de lo que vemos y visitamos offline es creada desde los paradigmas algorítmicos de lo online: los negocios están basados en la imagen digital producida por las valoraciones. Incluso las series y las películas son presentadas con diferente imagen según los gustos del que revisa el catálogo y el algoritmo decide qué rostro o rostros nos van a gustar o interesar más. No es un asunto nuevo, hace años que esta técnica se utilizaba en la colocación de primeras noticias en algunos diarios online según las preferencias algorítmicas del lector. Los contenidos no cambian pero el algoritmo decide las preferencias del que mira.
Helena Farré Vallejo ha realizado una interesante entrevista al autor en Aceprensa: https://www.aceprensa.com/cultura/redes-sociales/kyle-chayka-a-medida-que-las-recomendaciones-algoritmicas-se-han-hecho-mas-presentes-el-mundo-se-ha-ido-configurando-a-su-alrededor/. Mundofiltro es Internet en la actualidad: Quería una palabra para describir cómo todo lo que nos rodea se filtra a través de plataformas digitales, ya sea nuestro correo electrónico, mensajes de texto, una serie de televisión en Netflix o una foto en Instagram. Todo el tiempo estamos influidos por recomendaciones. Quería una palabra para capturar este estado de existencia. Porque si podemos capturarlo, podremos empezar a entenderlo.
Algunos de los conceptos con los que responde Chayka son muy interesantes. Como el proceso de homogeneización que se está produciendo a través de los medios digitales mayoritarios al producir contenidos genéricos: Las plataformas digitales tratan todo en ellas como si fuera lo mismo. Un usuario es igual que otro usuario, un contenido es igual que otro contenido. No importa si publicas un cuadro, una fotografía o una coreografía, todo es lo mismo. Todo se ha convertido en contenido porque todo se trata como el mismo tipo de cosas. Otras expresiones muy interesantes son ansiedad logarítmica como relación con el mundofiltro: Cuando hablo con la gente sobre Internet o el consumo cultural, siempre me dicen: “no sé dónde encontrar cosas buenas”. La gente se ha cansado de los feeds algorítmicos. Se ha cansado de mirar lo que hay en su TikTok. Quieren algo que les haya recomendado una persona y que sea algo único y especial: que no esté sobreexpuesto […] Pero Internet pasa por diferentes épocas, y creo que ya hemos pasado el pico de la era de las redes sociales masivas. Si la gente se aleja de ellas y se acerca a plataformas que funcionan de otra manera, con menos recomendaciones algorítmicas, el ecosistema también cambiará. Otra expresión interesante es colapso de contexto. Ya fue empleada cuando el espectador se encontró con muchos canales para visualizar al igual que ahora puede suceder con TikTok o con Instagram. El mundo de la literatura es más difícil de someter al algoritmo: El mundo de los libros se mueve mucho más lento. Se tarda años en poder publicar y los editores son más conservadores. Lo que hay que ver es cómo afecta a los autores. En todas mis instancias a nuevas editoriales tengo que poner cuántos seguidores tengo y cuál es mi red social más potente.
Lo que dice el autor en su ensayo es cierto. Su advertencia es clave. El mensaje más importante del libro es la necesidad de regulación, algo que también se dijo tras la crisis de 2007. Los políticos se pusieron a ello tarde. Chayka argumenta sobre el tema con el suicidio en 2017 de la adolescente de catorce años Molly Russell. Los contenidos que vio en Instagram sobre suicidios fueron dos mil cien aproximadamente, Facebook le recomendó cuentas sobre temas tristes y a través de Twitter recibió imágenes que ensalzaban el suicidio: Pero el flujo algorítmico era capaz de reunir una colección instantánea, a la carta, y suministrar aquello que Russell considerase más atractivo, aunque fuese perjudicial para ella. La tragedia del caso de Russell demuestra cómo los problemas de Mundofiltro son a menudo estructurales y están integrados en el funcionamiento de las plataformas digitales. Los usuarios pueden cambiar su comportamiento solo hasta cierto punto; no podemos confiar en que los mecanismos antepongan nuestro bienestar a conseguir más interacción, lo que a su vez proporcionará ingresos publicitarios. En las plataformas digitales, a los usuarios se les concede una iniciativa limitada. Por ejemplo, pueden seguir un tema de contenido determinado, pero no pueden alterar la ecuación del algoritmo de recomendación.
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